“LA PROTECCIÓN JURÍDICA DEL MEDIO AMBIENTE EN LA PROVINCIA DEL CHUBUT”.
Prólogo del Dr. Jorge Mosset Iturraspe. 1ª Edición – Esquel (Chubut) – Ricardo Tomás Gerosa Lewis Editor, noviembre de 2003, 310 páginas, 22 x 16 cms.- ISBN 987-43-6842-X – Impreso en Imprenta FB (Esquel). Declarado de “Interés Legislativo” por la Honorable Legislatura del Chubut (Res. Nº 009/04). Premio “ECO-94” otorgado por la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba.
Para escribir sobre el “medio que nos rodea”, el ambiente o entorno, es preciso amar la naturaleza. Sólo a los apasionados les puede ser acordada la distinción de “hombres verdes”. Y si a ese entrañable cariño se suma la devoción por la Comarca donde uno habita, no puede dudarse de la calidad de los frutos intelectuales. Es lo que acontece con la obra que prologamos. Gerosa Lewis está convencido, con razón, que vive en el Paraíso y su discurso es el canto de un enamorado.
Ya en la “presentación” nos da muestras acabadas de la sinceridad con que ha emprendido su investigación; no adhiere a los pragmáticos sino a los principistas; rechaza el doble discurso ambiental y busca decir las cosas como son o como las siente. Nos recuerda, sin nombrarlo, el aforismo: “dime de que alardeas y te diré por donde cojeas”; vale decir que entre quienes se declaran devotos del ambiente hay buenos y malos, franqueza y dobles. Nos vienen a la memoria unas Jornadas Nacionales, a las cuales asistimos, que bajo el lema “desarrollo sustentable” pretendían destacar las bondades del desarrollo y olvidar lo relativo a la sustentabilidad del medio. Basta decir que las presidía la inefable María Julia.
Creemos, con el autor, que esta como otras cuestiones trascendentes tienen que ver con la cultura de las personas, con sus valores y sus creencias; que si no cambiamos la “cultura de la depredación” por la de la preservación, a partir de la primera edad, de la escuela, nada podemos lograr.
Luego, en la “introducción”, destaca a la persona humana como eje y centro de toda especulación jurídica; pero no a una persona en abstracto, a una entelequia, sino a un hombre de carne y hueso, al que alegran las mañanas y entristecen los anocheceres; un hombre que convive con la fauna y la flora; que goza con los bosques y las praderas, que se detiene a beber agua cristalina de los arroyos. Es verdad que un “ambiente sano y equilibrado” jerarquiza al ser humano y lo respeta en su dignidad, en su sacralidad; como también que otro, contaminado, poluído, sucio e irrespirable, lo hace descender a condiciones infrahumanas.
El autor desarrolla la obra a partir de una muy amplia bibliografía, tanto nacional como extranjera; lo hace con seguridad y erudición en cada una de las cuestiones analizadas.
La obra consta de tres partes: la primera, dedicada a los “aspectos generales” donde sobresale lo relativo a la jurisdicción y la competencia en temas ambientales y la responsabilidad emergente de los daños ecológicos. La segunda parte aborda la “legislación específica en materia ambiental”, muchas veces profusa en exceso, lo cual la vuelve difusa y en ocasiones confusa. Y, por último, una tercera parte sobre las importantes cuestiones procesales, el interés difuso y el colectivo; las vías procesales con la sobresaliente figura del amparo, el tribunal y el procedimiento aplicable.
La obra culmina con dos apéndices, que tienen que ver con la realidad de la región: uno, acerca del “repositorio nuclear en Gastre”, y el otro sobre la apasionante cuestión del proyecto minero “Cordón Esquel”.
La lectura de los pormenores del proyecto “de la mina de oro y plata” conmueve hasta las fibras más íntimas. Se muestra con evidencia la “función” de guardián del ambiente, que le compete a toda persona, al decir del Profesor Benjamín, de la Universidad de San Pablo. Como la “resistencia popular”, inteligente, informada, coherente, es invencible. Nosotros conocemos un caso muy similar, el de la mina de CAJAMARCA, en el Perú, y podemos asegurar que los argumentos para la oposición se vuelven allí tangibles, evidentes. El impacto ambiental negativo, por la degradación del ambiente; el cianuro y otros minerales de grave riesgo, contaminando la napa y los ríos; la “prosperidad transitoria”; la corrupción enseñoreada en la región con el auge de la droga y la prostitución; ventajas económicas escasas para el Estado y rentabilidad fabulosa para la empresa; de donde, la explotación a cielo abierto con el dinamitado de los cerros y el baño de cianuro, no es admisible bajo ningún aspecto.
Gerosa Lewis se muestra, a lo largo de toda la exposición, claro, preciso y breve; como conoce el tema le brotan las palabras, según el viejo aforismo. No necesita del largo y tedioso discurso para construir una obra rica y convincente, que recomendamos al lector inquieto.